La federación
de peñas del Granada CF promovía un recibimiento a los jugadores y el grupo supo
responder. El ambiente en los alrededores del estadio era una fiesta y más aún
cuando los jugadores rojiblancos llegaron al estadio. El grupo supo tirar del
carro de la animación para llevar en volandas a los jugadores.
Llegada
la hora del partido y una vez dentro del estadio el grupo empezó con la animación.
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Era un
partido especial ya que el técnico granadino, Lucas Alcaraz, volvía a su tierra
a entrenar a su equipo de toda la vida, nosotros supimos reconocer su
sentimiento por el escudo y fue ovacionado.
El
equipo se sentía arropado y lo demostró llevando la iniciativa del
partido desde el primer momento, con mayor posesión que los de Mourinho y,
sobre todo, con mayor convencimiento e iniciativa.
El centro del campo
funcionaba muy bien y, poco a poco, se iban generando llegadas a la meta de
Diego López.
En una de ellas Recio mete un pase al hueco a Aranda y éste
pone un centro por bajo buscando la entrada de Nolito en el segundo palo que
Arbeloa se encarga de despejar a córner. Será ese córner el que le sirva al
Granada CF para adelantarse. Nolito es el encargado de efectuar el lanzamiento
cerrado que Cristiano Ronaldo toca en el primer palo, desviando la trayectoria
hasta su propia portería sin que Diego López pueda detenerla. 1-0.
La capacidad de reacción del Madrid en esta primera mitad
fue nula. El Granada pudo cerrar el partido en el minuto 42 tras un robo de
balón de Nolito y una jugada individual de Ighalo que disparó a la izquierda de
la portería.
La segunda mitad se iniciaba con movimiento en el banquillo
madridista que buscaba conseguir el empate y que no consiguió.
Concluyó el partido con el 1-0, en una noche mágica para la
afición, para el equipo y para el granadinismo, que seguro se recordará durante
mucho tiempo.
Este Granada, tanto con el esfuerzo de los jugadores de la
plantilla como con las nuevas incorporaciones del técnico y nuevos futbolistas,
pinta muy bien.